La política ha perdido su prestigio y
credibilidad; hoy en día es tan mal vista, tan criticada… Y las personas que se
dedican a ella son completamente estigmatizadas, pasan a ser nada más que una
cicatriz profunda en la historia del país.
La política es el proceso de ordenamiento
de las sociedades, por lo que se puede inferir que las personas dedicadas a
este campo de acción buscan un ordenamiento social óptimo. En estos momentos,
mi cuestionamiento profundo es: ¿Acaso a los críticos de la política no les
agrada el orden de la sociedad en la que vivimos, o es que acaso prefieren
llegar a la más absoluta anarquía?
La política, observada subjetivamente y
analizada con profundidad, es una herramienta de ayuda social. Las personas que
se dedican a ella no solo se sientan a analizar y criticar los problemas, sino que
buscan solucionarlos por medio de su trabajo, entregado a la sociedad sin
esperar nada a cambio. Es así que esta rama de las ciencias sociales se
caracteriza, o debería caracterizarse, por buscar el beneficio de la mayoría
antes que el personal. Una persona cuya convicción esté basada en este ideal es
un verdadero demócrata, un estadista.
En palabras de Winston Churchill: "Un
político se convierte en un verdadero estadista, cuando comienza a pensar en
las futuras generaciones y no en las futuras elecciones".
El político ideal debe ser alguien que
realmente posee ideales y valores profundos que le permitan dedicarse a la
búsqueda de soluciones, comprendiendo que jamás una sociedad debe buscar el
beneficio de unos pocos en base al sacrificio de muchos.
Los detractores de tan noble servicio, no
comprenden que "el ser humano, es un ser social, y un ser eminentemente
político" (Aristóteles). Cada hombre y mujer necesita un núcleo social para
un desarrollo óptimo; a su vez este núcleo social requiere de un ordenamiento
lógico establecido por la política. Al atacar o negar la necesidad de la
política para la construcción de nuestra sociedad, lo único que se hace es
olvidar y prostituir los valores de la sociedad de la cual somos fruto.
"Nadie puede darte tu libertad. Nadie
puede darte tu igualdad, tu justicia o cualquier otra cosa. Si tú eres un
hombre, tómala" (Malcolm X). Simple quizás para leerse, pero la
profundidad de esta frase subyace en el grupo de verdaderos políticos, de
jóvenes políticos, que se cansaron de tan solo criticar y peor aún señalar
problemas que ya son obvios para todos. Son los conglomerados de jóvenes que
proponen y buscan soluciones para las masas oprimidas, que ansían respuestas,
pero que por miedo o comodidad prefieren no buscarlas.
Hoy escucho cómo se menosprecia a los que
desean dedicarse a la búsqueda de un ideal. Pero a estos autodenominados jueces
de la sociedad, les invito a pensar soluciones alternativas en vez de atacar aquellas
que un grupo de luchadores, revolucionarios, de ideología innovadora, creativa
y propia tratamos de encontrar.
La nueva generación de políticos está
altamente comprometida con su ideología, sin importar el resultado, porque
prefieren ante todo mantener sus valores.
Al final a los críticos de la política, mi
minuto de silencio, ya que solo les queda aceptar las soluciones que otros
buscan. A la nueva generación de políticos con ideales, solo me queda
compartirles un pensamiento de Eugene Lonesco: "Las ideologías nos
separan, los sueños y la angustia nos unen."
Por:
Francisco Endara
Miembro Acción Progresista
Estudiantil (APE)
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